LUCIO, cuando la realidad supera a la ficción

Existen historias anónimas que superan la trama del mayor best-seller o del largometraje más premiado. Y su grandeza precisamente versa, en que son gente humilde y sencilla, que ha conseguido mantener sus espectaculares biografías en el anonimato. Ese es Lucio Urtubia. Hace unos años, en un periódico de mi tierra pude conocer la increible historia de éste humilde albañil de Cascante, Navarra. 

Nace en una tierra y en una época, donde la libertad simplemente era un deseo, bajo la represión de la dictadura franquista. De boca de su padre conoció la ideología anarquista, que promulgaba la libertad del individuo ante el estado. Entregó su vida a colaborar por la causa. 

Como tantos jóvenes arrancó con el estraperlo en la frontera con Francia y tras ser descubierto, emigró a París. La libertad de pensamiento de la capital francesa lo revolucionó. Y comenzó a ser un habitual en los círculos anarquistas, donde conoció a André Breton, Albert Camus y al refugiado Quico Sabaté. Conocer a Quico, con el que convivió fué un detonante en su posterior devenir. Aquí nace un período de innumerables atracos por toda Europa, para conseguir fondos para los más desfavorecidos por el régimen franquista. Pero abandonó dichas acciones por evitar la violencia. Lo siguiente fue organizar un imprenta y comenzar a falsificar documentos de identidad y pasaportes para refugiados de diferentes dictaduras. Ayudarles a lograr su libertad. Al parecer no había refugiado político que no llevase documentos facilitados por Lucio.

Pero quedaba mucho por hacer y como consecuencia, terminó falsificando billetes con el fin de desestabilizar las economías capitalistas. Aquí conoce al Che, al que plantea la posibilidad de colaborar en una devaluación del dolar mediante la distribución de millones de billetes falsos. La propuesta no fructiferó, pero desembocó en el mayor golpe de Lucio. Estafó al Citibank 3.000 millones de pesetas mediante la falsificación de cheques, que pudo distribuir por toda Europa. El dinero, le permitió "ayudar a los más pobres, que son los que más sufren y tienen las mejores ideas". Apoyando todas las luchas antidictatoriales de latinoamérica y Europa. Se le conoció como el último Robin Hood. Al que por cierto él, ni conocía. 

Este no es más que un pequeño extracto de su experiencia vital. De éste humilde pero valioso hombre. Lo increíble, es que solamente pasó 6 meses en la cárcel, por un acuerdo extrajudicial al que llegó con Citibank, entregándole las planchas de la falsificación. Pues aun estando en la cárcel, no paraban de aparecer nuevos cheques por todo el mundo, que apunto estuvieron de causarle la bancarrota a la entidad. 

Este no es más que un pequeño pero valioso extracto, de su experiencia vital. Y todo ello sin faltar un día a ejercer su humilde oficio de albañil.

Si quieres conocer más sobre Lucio, os acompaño con un excelente documental de José Mari Goenaga y Aitor Arregi.  










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